Estudió Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de Jartum y tras graduarse en 1971[4] fue una de las tres mujeres pioneras en incorporarse como embajadoras en el Ministerio de Asuntos Exteriores junto a Fatima Albeeli y Zainab Abdlkareem.
[4] Fue perseguida y hostigada por el régimen de Bashir y se exilió a Marruecos donde trabajó en la secretaría de la organización Árabe para la defensa contra el crimen en Rabat, después en la secretaría general de los ministros de trabajo árabes en Rabat[5] y en la Organización Islámica para la Educación, la Ciencia y la Cultura (ISESCO).
En los últimos años del gobierno de al-Bashir regresó a Sudán y creó una oficina de traducción con varios diplomáticos que habían sido también despedidos.
Promovió las demandas del movimiento popular en diversos foros internacionales.
[4] Abdallá no estaba en la lista inicial de candidatos a carteras ministeriales, sin embargo el primer ministro Abdalla Hamdok la prefirió a otros candidatos por su papel en la oposición al gobierno de al-Bashir, su apoyo a las protestas reclamando un cambio político y su experiencia diplomática.