Bajo el reinado de Aššur-uballit I, Asiria se sacude de encima definitivamente el dominio que Mitani había ejercido sobre la región.
El ataque del rey hitita Suppiluliuma I a Mitanni provocó la caída de este reino y un cambio en las relaciones de poder en la región que permitió el ascenso de Asiria a potencia regional.
Ashur-uballit I así lo entiende y asume el título de «Gran Rey», nunca antes usado por sus antecesores, sin que los reyes de las otras potencias lo reconocieran como a un igual, hasta que el poderío militar de Asiria se impuso.
En respuesta Ashur-uballit I atacó Babilonia e impuso en el trono a su bisnieto Kurigalzu II cuando aún era un niño, con lo que consiguió tener a Babilonia bajo control.
[1] Por el oeste, Asiria lucha por rellenar el vacío de poder dejado en la cuenca del Khabur por Mitanni, ocupando ciudades como Nínive.