[2] Diez personas fueron asesinadas a tiros y una más resultó gravemente herida por una célula en la que participaban los activistas de ultraderecha Beate Zschäpe, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt.Tras un atraco fallido, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt se suicidaron el 4 de noviembre de 2011 para evitar su captura mientras que Beate Zschäpe se entregó a las autoridades cuatro días después.[8][9][10][11] Hasta el desenlace final la policía sostuvo siempre la tesis, que los crímenes eran delitos comunes de mafias extranjeras.[12] La canciller Angela Merkel declaró a continuación que el “terrorismo de ultraderecha” es “una vergüenza” para Alemania y propuso ilegalizar el Partido Nacional Democrático (NPD) de ideología ultraderechista.Durante la investigación parlamentaria, quedó en evidencia que el servicio secreto alemán (BFV) destruyó expedientes relacionados con los implicados y otros activistas de extrema derecha.