Asedio de Bagdad (1733)

Los sitiadores persas se vieron obligados a huir con la pérdida de la mayor parte de su equipo y salvando a una guarnición muy agotada y desesperada por encontrar alivio.

Ahmad Pasha, el gobernador del Eyalat de Bagdad, se aferró con cautela a la orilla izquierda del Tigris sabiendo la formidable barrera que suponía para el ejército persa invasor.

La pequeña banda de Nader incluía tres fowj de kurdos (cada fowj era una unidad de 1000 soldados), turcomanos y tropas afganas abdalíes que formaron contra un formidable asalto otomano que contenía artillería, caballería y jenízaros (infantería).

Los turcomanos y los kurdos fueron rechazados, pero los abdalíes resistieron lo suficiente para que los 1500 hombres que cruzaron el Tigris antes del derrumbamiento del puente llegaran desde el norte.

El resultado del sitio sin embargo se decidió muchas millas al norte de Bagdad cerca de una ciudad llamada Samarra donde Estambul había enviado el mejor ejército que podía reunir bajo el mando del mejor general que tenía: Topal Osman Pasha.