Sin embargo, un ascenso en campaña solo puede perpetuarse si el militar pasa posteriormente por los pertinentes cursos y formación requerida para el cargo.
En algún momento, los oficiales brevet pasaron a lucir los rangos de ascenso, si bien frecuentemente debían renunciarlos terminada la guerra (aunque algunos los conservaban como rangos honoríficos y otros los canjeaban por nombramientos fijos, pasaban por formación adicional para mantenerlos o volvían a ser ascendidos al poco tiempo en el procedimiento regular).
Aun así, y aunque los ascensos a través de las filas eran mal vistos tanto por la oficialidad tradicional como por las tropas, hubo suboficiales que se convirtieron en oficiales subalternos «en nombre del rey» debido a sus proezas en combate.
Por regla general, para ser oficial del Reich, uno debía ser alemán, cristiano y pasar por una academia militar.
Si bien, los oficiales médicos, técnicos, religiosos (capellanes), en las Landwehr y en la reserva muchas veces se saltaban la formación militar, sirviendo en sus puestos según las necesidades del momento.
También en la guerra, para limitar una futura aceptación o «expansión» del oficial judío dentro del estamento militar alemán, la matriculación de los oficiales judíos, aunque activos en combate, se hacía en los registros de la reserva (evitando una posible carrera militar).
[6] Por tanto, los ascensos en campaña en este país tenían poca tradición anterior al siglo XX.
Se calcula que un total 31 200 militares, entre soldados, marineros, aviadores y marines, se convirtieron en oficiales «sobre la marcha» en el período que engloba las dos guerras mundiales y conflictos posteriores, hasta el fin de la guerra de Vietnam, cuando fue discontinuado.
En la cultura popular, el último episodio de la serie Band of Brothers, basada en hechos reales, describe el ascenso en campaña del brigada Carwood Lipton a subteniente.