[5] Destacan, entre su obra, el largometraje Garbancito de la Mancha, el primero del país, y la serie de historietas Formidables trapisondas del Grumete Mick, el viejo Mock y el Perro Muck, así como su labor al frente de la revista infantil KKO, donde trabajaron otros conocidos historietistas,[1] teniendo un estilo artístico similar al que realizarían otros autores como Cabrero Arnal y Valentín Castanys.
[4][1] Los años anteriores a la guerra civil española fueron para él los de mayor actividad, al publicarse sus dibujos en revistas catalanas como Xut, En Patufet, Papitu, Mickey y Pocholo.
[8] Colaboró luego en otras conocidas revistas infantiles de época como L'Esquitx y Chicos durante su primera etapa.
[4][9] Su obra más celebrada sería las Formidables trapisondas del Grumete Mick, el viejo Mock y el Perro Muck que comenzó a publicarse en septiembre de 1934 en la revista Pocholo a un precio de 2 pesetas y,[10] posteriormente recopilado en dos álbumes.
[12] En 1932 Enrique Guerri Giacomellile le ofreció ser el director de la revista infantil KKO, primera de la Escuela valenciana, para la cual realizó la maqueta, la cabecera del título y la mascota que identifica a la revista.
[7] Tras el final de la guerra civil española, llegaron al país las Silly Symphonies que provocaron que Moreno comenzase a pensar en el dibujo animado como forma de arte.
[17] En su defensa, el propio Moreno afirmó que mostraba un fuerte españolismo, pero en ningún momento tenía un fin propagandístico.
[18] A pesar del gran éxito en España y en otros países como Francia o Inglaterra,[5] Arturo Moreno tuvo que abandonar otros proyectos como La verbena de la Paloma y Simbad, el marino.
[21] Durante sus últimos años de vida intentó defender el desarrollo industrial del medio de la animación, sin llegar a conseguirlo,[2] al igual que trabajó como pintor y colaborador en revistas infantiles.
[11] José María Candel Crespo, autor del libro Historia del dibujo animado español, menciona por su parte que la crítica de entonces lo valoró como el Walt Disney español, aunque otros como Francisco Macián o Escobar también fueron calificados de igual forma.
Su primer largometraje consiguió un premio en el Sindicato Nacional del Espectáculo,[5] quedando en tercera posición en la categoría de mejor película,[26] y ser declarada de Interés Nacional por el gobierno español.