Es frecuente que existan lo que podríamos denominar “transgresiones” del sistema por ambas partes, a veces los artistas postales juegan con las especificaciones estatales del correo, y otras, los funcionarios permiten la circulación de esos objetos tomando parte en un juego del que ya forman parte sean o no conscientes de ello.Pero el AP es algo más que un simple intercambio de arte a través del correo, es sobre todo comunicación.Hoy día, el AP ha hecho suyas las nuevas tecnologías ofimáticas o digitales y utiliza cualquiera de estos nuevos instrumentos como medios de difusión, así, se generalizaron antes los envíos a través del fax, o por medio del correo electrónico actualmente.Existen varios principios que se entienden aceptados y compartidos por los actores del AP.Estos, fueran formulados expresamente o no en sus comienzos, han devenido en normas a cumplir en el ejercicio del AP y constituyen su esencia más profunda, de modo que si no se respetan, hace tambalearse al espíritu del AP.