Se conservan pocas piezas de este tipo, y ésta, a pesar de los desperfectos que presenta, es un buen ejemplo.
San Patllari o Paladio de Embrun era un obispo francés del que se explican diversos hechos milagrosos.
Al morir fue considerado santo y enterrado en Francia, pero unos monjes benedictinos robaron su cuerpo y lo trasladaron sobre un asno.
Cuando estaban en Camprodón, la leyenda dice que aquel cuerpo se hizo tan pesado que el animal no pudo continuar y por eso se guardó en el monasterio de San Pedro.
En 1470 el monasterio fue saqueado y la arqueta trasladada a Francia, pero pudo regresar en 1484.