Escribió en defensa del papa Inocencio III una violenta carta contra Gerardo, obispo de Angulema,[4] un partidario del antipapa Anacleto II (Petrus Leonis).
[3] Intelectual brillante, fue nombrado obispo de Lisieux en 1141 y desempeñó este cargo hasta 1177.
Se mostró como un prelado reformador, que quiso limpiar las costumbres corruptas del clero y alejar a los laicos de lo sagrado, apoyándose en los canónigos regulares.
Defendió la causa del papa Alejandro III contra Víctor IV en el sínodo de Tours (1163).
Entre sus muchas obras, editadas en la Patrología latina de Migne, son recordadas sus Epistolæ ad Henricum II, regem Angliæ, Thomam archiepiscopum, et alios y su Tratado sobre el cisma.