[1] El interés de Libia por obtener este tipo de armamento surge en los años setenta para incrementar su influencia en el continente africano y en Oriente Próximo, sobre todo tras las informaciones aparecidas durante el conflicto árabe-israelí del Yom Kippur, según las cuales Israel disponía de este armamento.
Esto no impidió que Libia se uniera el mismo año a la ZLAN (Zona Libre de Armas Nucleares) en África, creada con la firma del Tratado de Pelindaba.
[4] Las sanciones económicas contra Libia, la invasión a Irak, así como el escaso acceso al material fueron incentivos para que Gadafi[5] decidiera poner fin a todos sus programas de armamento de destrucción masiva.
[7] Aunque Libia firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) en 1975, Gadafi continuó afirmado que no renunciaría nunca a la posibilidad de desarrollar armas nucleares mientras Israel las tuviera.
Sin éxito, entre 1970 y 1992 el régimen fracasó en su propósito de obtener la tecnología mediante desarrollo interno.
Esto no impidió que Libia se uniera el mismo año a la Zona Libre de Armas Nucleares (ZLAN) en África, creada con la firma del Tratado de Pelindaba.
Estas sospechas provocaron el aumento de las sanciones económicas en 1996, que ya habían sido impuestas por Estados Unidos en 1986 —y expandidas en 1992— por presuntamente financiar el terrorismo, dificultaron aún más la capacidad de desarrollar su programa nuclear[12] ya que afectaban específicamente al sector de hidrocarburos y prohibían celebrar contratos para la supervisión, administración o el financiamiento para el desarrollo de recursos petroleros.
Las sanciones económicas contra Libia, la invasión de Irak, así como el escaso acceso al material nuclear fueron incentivos para que Gadafi decidiera desnuclearizar su país.
Este tipo de misil puede ser cargado con cabezas nucleares, biológicas y químicas.
El gobierno de Gadafi admitió en 2003 haber mantenido contactos con Corea del Norte para desarrollar misiles balísticos del tipo Scud de largo alcance y se compromete a destruir los que posee por encima de los 299 kilómetros de alcance - renunciando aunque sin decirlo expresamente a alcanzar a Israel - así como sus cabezas explosivas con un peso superior a los 599 kilogramos.