[1] Fue ejecutada para el noble siciliano Antonio Ruffo,[2] que pagó 500 florines por ella, un precio cuatro veces superior al de un cuadro italiano similar.
La familia Ruffo conservó el cuadro hasta finales del año 1760; llegado a Inglaterra, pasó en el año 1928 al coleccionista estadounidense Alfred Erickson y fue adquirido en subasta el 15 de noviembre de 1961 por el Museo Metropolitano por dos millones trescientos mil dólares, la cifra más alta pagada por entonces por un cuadro.
[3] Se le representa como un hombre mayor, cuando ya su alumno Alejandro Magno estaba dedicado a la conquista de un imperio.
Podría estar pensando en el ascenso de Alejandro, sus ambiciones mundanas, frente a la espiritualidad del hombre representada por Homero.
Aunque la obra fue restaurada por John Brealey en 1980, el pigmento sigue siendo inestable y en pocos años la alteración volvió a evidenciarse [1].