Arialdo de Milán

Junto a Anselmo da Baggio, Arialdo encabezó la pataria, un movimiento que intentó reformar el clero simoníaco milanés.

Inflamados por la predicación del diácono Arialdo y de otros canónigos de la catedral, los sectores más puritanos del pueblo milanés, pertenecientes a todos los estamentos sociales, comenzaron a boicotear los actos religiosos celebrados por curas casados o que vivían con concubinas, al tiempo que denunciaban las prácticas simoníacas.

Por eso se envió en ayuda del arzobispo Guido, a Anselmo de Baggio, futuro papa Alejandro II e Hildebrando de Soana, futuro papa Gregorio VII.

El Papa Esteban IX levantó la excomunión a Arialdo para que continuará la reforma.

Mientras se dirigía a Roma, fue asesinado por esbirros del arzobispo, quienes lo castraron y le amputaron la mano derecha para finalmente lanzarlo al Lago Mayor.