Argimiro de Córdoba
Argimiro fue durante algún tiempo censor del emirato en Cabra bajo el reinado de Abderramán II y, al apartarse de la administración, se retiró a un monasterio en Córdoba.Fue conducido ante un juez acusado de profesión del cristianismo y de haber injuriado al profeta Mahoma.Tras algunos días detenido y encerrado en prisión, fue reconducido al juez que se esforzó en convencerlo de que se retractase, pero no lograron hacerle cambiar de parecer.[1] Su cuerpo permaneció en el patíbulo durante muchos días hasta que por orden del juez fue trasladado a la basílica de San Acisclo, cerca de su sepulcro y el de San Perfecto.Actualmente sus restos descansan en la basílica de San Pedro, en Córdoba.