Los areneros del río Urumea en San Sebastián (España) también llamados gabarreros se dedicaban durante todo el año a sacar arena del río, para venderla a los caseros como cama para las vacas, para la construcción o mezclada con tierra para mejorar los resultados agrícolas de las huertas.
El oficio de arenero consistía en extraer arena del fondo del río en la desembocadura del río y transportarlo río arriba en una gabarra de casco liso, sin quilla, hasta Loyola.
Inicialmente era un trabajo manual, los areneros trabajaban metidos en el agua casi hasta el pecho y palada tras palada, iban cargando la gabarra con dos montones de arena, uno a proa y otro a popa.
[2] A veces tenían que subir a la gabarra para achicar el agua que desprendía la arena y cargar más la embarcación.
Al terminar la carga, juntaban dos gabarras popa a popa, que eran lisas, los dos gabarreros empujaban con sus pértigas las dos gabarras unidas, aprovechando que la marea estaba subiendo facilitando así remontar el río.