[1] Fue comenzada a edificar en 1719 durante el reinado de Felipe V, siendo terminada diecinueve años más tarde.
Se encuentra ubicada sobre la antigua puerta del Mercado (del siglo XV) que cercaba el primer recinto amurallado de la ciudad de Toro.
Su altura permite que sea divisada desde cualquier punto de la ciudad.
Edificada en cuatro cuerpos y de aspecto esbelto, estando en el segundo el reloj mecánico que le da nombre.
[2] Dice una leyenda que en la argamasa para su construcción se utilizó vino en vez de agua, por la gran cantidad que se producía y por ser más económico que subir el agua del río Duero.