En un acuerdo entre Cartago y Cirene se estableció que de cada ciudad debían partir dos de sus hombres en dirección a la ciudad contraria, y en el lugar donde se encontraran las dos parejas sería la nueva frontera.
Pero en el momento en el que los filenos se encontraron con los cirenos estalló una disputa, ya que estos últimos acusaban a los primeros de haber salido antes de tiempo.
Para dar prueba de su buena fe, los cartagineses se ofrecieron a ser enterrados vivos justo en la nueva frontera y así fue realizado.
La inscripción fue traducida al árabe por el rey Idris I de Libia.
Actualmente las estatuas de los Filenos se encuentran en el pequeño museo de Sirte, mientras que algunos bajorrelieves yacen en el suelo abandonados cerca del museo.