Las galgas extensiométricas son unos dispositivos eléctricos empleados para medir la deformación, presión, carga, torque, posición, entre otras cosas, utilizando el efecto piezorresistivo, que es la propiedad que tienen ciertos materiales de cambiar el valor nominal de su resistencia eléctrica cuando se les somete a ciertos esfuerzos.
[2] Las galgas extensiométricas se utilizan en el concreto armado para estudiar el comportamiento de este material.
[5][4] Una galga extensiométrica toma las medidas del desplazamiento relativo entre dos soportes que se fijan a la estructura orientadas paralelamente.
Si se usan sensores resistivos, por lo general éstos son autocompensados por un sistema llamado Puente de Wheatstone.
Las galgas extensiometricas son utilizadas para medir deformaciones en ensayos con todo tipo de materiales, los cuales arrojan unos resultados que permiten desarrollar o mejorar dichos materiales, o llevar a cabo métodos para que las construcciones sean más resistentes y duraderas.
Así se obtiene una base de datos sobre el impacto y deterioro que se genera con el paso continuo de personas u objetos, por ejemplo, cuando las vías son muy utilizadas y precisan reparaciones constantes.
[8] Existen casos en los que el uso de las galgas extensiométricas y sus resultados se compararon con resultados obtenidos matemáticamente provenientes del desarrollo de métodos basados en métodos numéricos o elementos finitos, que son mucho más complejos y elaborados.
Sin embargo, se comprobó que los resultados obtenidos de forma matemática y experimental no varían mucho.