[2] Un marco conceptual apropiado es el del Modelo tripartita, desarrollado por Scannell y Gifford (2010), el cual define las variables de apego a lugar como es en las tres P: Persona, Proceso, y Sitio.
Cuándo se describe apego al lugar, los académicos diferencian entre un “arraigo” y un “sentido de sitio”.
Por ejemplo, deseos de preservar características ecológicas o arquitectónicas de un sitio tienen un impacto directo en la fuerza del apego al lugar sentido por los individuos, notablemente a través del orgullo y autoestima.
La dimensión de proceso contesta la cuestión “¿Cómo existe el apego al lugar?” Similar a otros conceptos en psicología social, esta dimensión recae en los efectos colectivos de los aspectos afectivos, cognitivos, y conductuales.
Investigaciones recientes han explorado las connotaciones simbólicas que están pensadas como una parte del proceso.
[6] Las emociones más comunes que se han asociado a vínculos personas-lugar son positivas, como la felicidad y el amor.
[4] Yi-Fu Tuan, un humano geógrafo digno de mención y pionero en los estudios de apego al lugar, acuñó el término topophilia para describir el amor que las personas sienten para sitios particulares.
La cognición incorpora el conocimiento, memorias, y significados que los individuos o los grupos han asociado con los lugares de apego.
Específicamente, estos elementos cognitivos representan lo que hace a sitios concretos importantes para desarrollar los vínculos persona-lugar.
[2] Muchos investigadores acentúan que el apego a lugar recae en aspectos físicos y sociales.
[4] El apego al lugar no tiene consideración del tamaño y puede ocurrir en lugares pequeños (ej.
[14][8] Como tal, los académicos han estudiado el apego a lugar en una multitud de sitios.
Lugares de socialización: estos son sitios con los que una comunidad se encuentra fuertemente identificada.
Es decir, las personas se siente apegadas a los lugares por los vínculos sociales a su familia, amigos y pareja, más que por características del lugar[17] Algunos académicos han propuesto que el sentido de sitio está socialmente construido, y que los lazos sociales son predictores del apego al lugar.
[18] La dependencia a lugar correlaciona negativamente con la prensa medioambiental, lo cual puede ser definido como las demandas y presiones que un entorno pone en las personas de manera física, interpersonal, o socialmente.
En particular, las características y representaciones simbólicas que un individuo asocia con sus percepciones de sí mismo es esencial en el vínculo persona-lugar.
[6] Existen estudios que se han centrado en la diversidad en los barrios, los cuales han encontrado que las personas que viven en barrios con una mayor homogeneidad tienden a reportar apego al lugar, un efecto negativo en el apego al lugar se encuentra en el aumento de la diversidad en el barrio.