El término acadio «anunnaki» es una antigua transcripción del sumerio anunna, que significa ‘hijos de Anu’.[3] Según la mitología mesopotámica, los anunnas eran, inicialmente, los dioses más poderosos y vivían con Anu Edur en el cielo.Posteriormente, sin que se haya establecido un motivo claro de este cambio, fueron los igigis los considerados como dioses celestes mientras el término anunna se empleaba para designar a los dioses del inframundo, especialmente a siete dioses que hacían la función de jueces en el inframundo.Entonces, los anunnas lograron que una categoría de dioses inferiores, los igigis, trabajaran para ellos, hasta que se rebelaron y se negaron a seguir trabajando, entonces decidieron exterminarlos.Según Sitchin, Enki (el dios sumerio del agua y la cultura humana) sugirió que, para relevar del trabajo a los Igigi (dioses menores al servicio de los annunaki), que habían amotinado por su insatisfacción con sus condiciones laborales, los anunakis crearan trabajadores primitivos (Homo sapiens) mediante ingeniería genética como esclavos para reemplazarlos en las minas de oro, cruzando genes extraterrestres con los de Homo erectus.