Antonio Ramos

Antonio Ramos Medina comenzó a trabajar cómo asentador de piedra y más tarde como tallista de capiteles apenas cumplidos los 20 años.

Era un hábil artesano y también una persona muy inclinada al estudio, convirtiéndose en eficaz ayudante del maestro Bada, que en el año 1728 lo nombró aparejador de la fábrica, cuando se estaban comenzando los cimientos de la Torre actualmente inconclusa.

Dicho informe fue contrario al plan propuesto por Ramos, ante lo cual, tras obsequiar a Lacroe con 6 jamones y 12 botellas de vino francés en agradecimiento por su trabajo, el Cabildo solicitó al rey que enviara un arquitecto que fuera hábil en este tipo de construcciones.

[1]​ Ramos llegó a poseer una extraordinaria biblioteca, con valiosos tratados de arquitectura y construcción.

En julio de 1782, don Antonio Ramos, que ya contaba con 80 años, mandó un escrito al cabildo catedralicio en el que exponía que habiendo cesado la obra desde el 17 de julio, se le conservase la mitad de su sueldo como jubilación.