No sería armado caballero de este hábito hasta 1648.
Escribió sobre todo en colaboración con otros ingenios, cinco con Pedro Calderón de la Barca, cuatro con Francisco Rojas Zorrilla, tres con Juan Pérez de Montalbán, y otras con su hermano Juan Coello.
Otras obras suyas son Los dos Fernando de Austria, Lo dicho hecho, Lo que puede la porfía o Peor es hurgallo.
En una novela ejemplar de Cervantes se inspira su El celoso extremeño.
También cultivó el auto sacramental, con piezas como La cárcel del mundo, que fue atribuido a Felipe IV.