Antoni Marquès (escultor)

Desde el año 1980 se dedicó exclusivamente a la escultura, trabajando inicialmente con hierro oxidado, bronce, aluminio, acero inoxidable barnizado, zinc y plomo.

El lenguaje era cercano al Pop-Arte pero con un trasfondo que enlazaba con la obra del artista británico Tony Cragg.

[1]​ A partir de los años 90 incorporó nuevos materiales como resinas, plásticos termoformats, hierro pintado, serigrafías, vidrio y espejos.

Las esculturas seguían mostrando objetos del mundo cotidiano, piezas mecánicas o elementos electrónicos de dimensiones desmesuradas, a veces incluso no reconocibles.

[1]​ A partir del año 2000 estos materiales se fueron combinando y fusionando entre sí para expresar nuevas calidades plásticas.