En 1968, realizó con Agustí Coromines i Casals el cortometraje de denuncia No se admite personal, donde mostraba a los parados de Barcelona que esperaban a que se les diera trabajo en Plaza Urquinaona.
Durante la crisis del PSUC de los años 1980, dio apoyo al secretario general Francisco Frutos, y desde 1986 a Rafael Ribó.
Cuando el sector más prosoviético abandonó el PSUC para fundar el Partit dels Comunistes de Catalunya siguió fiel al PSUC y continuó como miembro del Comité Central.
En 1996, su actitud crítica hacia Iniciativa per Catalunya lo llevó a promover una candidatura alternativa en la IV Asamblea de IC y a la fundación de PSUC viu.
Actualmente ejerce como abogado penalista y es miembro del Grupo CATORZEDABRIL, dedicado al teatro de la memoria histórica.