Su imagen figuraba en los antiguos billetes de 200 coronas eslovacas.
Dirigió la Asociación para el Fomento de la Lengua Eslovaca (Spoločnosť na pestovanie slovenského jazyka) y promovió el renacimiento nacional del pueblo eslovaco.
Dominaba varias lenguas, tanto clásicas como modernas, y poseía un conocimiento enciclopédico que abarcaba campos como la historia, la economía, la medicina, la estética, la música y la política.
Está enterrado en Nové Zámky, en la capilla de la Santísima Trinidad situada en la plaza que lleva su nombre.
Más éxito tuvo el escritor y político Ľudovít Štúr poco después, pues sólo su reforma de 1846 se convertiría en la base de la lengua eslovaca escrita que conocemos hoy.