[1] La obra original fue destruida a las pocas horas de su instalación.
[4] Durante la noche siguiente a su instalación, el antimonumento fue destruido por mujeres no identificadas.
A la mañana siguiente, los instaladores acudieron al lugar a recoger el metal retorcido y dejaron flores en su lugar,[4] y en sus redes sociales dijeron: «Desmontaron la Antimonumenta en Michoacán, pero hoy nació un altar en su lugar».
[5] La tarde del 25 de abril del mismo año, el colectivo instaló una réplica y comentó que la colocarán «cuantas veces sea necesario hasta que las mujeres de Michoacán vivan libres, felices y seguras».
[4] Según las instaladoras, representa a las víctimas de feminicidio,[9] así como un método para invocar compasión, empatía y solidaridad hacia su causa.