Movimiento antiarte

Una de las definiciones más aceptadas, menciona al arte como el acto ligado a las emociones, relacionado estrechamente con la creación y apreciación de la belleza, entendiendo la belleza como aquella cualidad contenida en un objeto que satisface las necesidades de un sujeto.

En una sociedad cada día más rápida y ávida de soluciones prácticas e inmediatas, la idea de resultados a largo plazo parece anticuada.

El deseo de notoriedad, con las ventajas económicas e históricas que van unidas al "artista", hacían muy probable la desaparición paulatina de los antiguos estándares, mismos que mantenían demasiado estrecha la puerta a nuevos integrantes.

Numerosos e insistentes manifiestos en donde se decreta la llamada "Muerte del Arte" se suceden a lo largo del siglo XX, haciendo que el denominado "antiarte" se ofreciera como un sucedáneo más rápido, accesible, moderno y menos exigente, tanto para los artistas como para el observador.

Por último, la irreverencia que caracteriza a la sociedad moderna, con el deseo de renovar y reemplazar lo que está obsoleto, entrega uno de los últimos ingredientes para la instauración definitiva del denominado "antiarte".

Fuente (1917) de Marcel Duchamp.