Es un esqueleto que conduce una biga o carro de dos caballos, esgrime una guadaña invertida y actúa como psicopompo, acompañando a las almas al Inframundo.
El escribano y folklorista bretón Anatole Le Braz describió así al Ankou: -War ma fé, heman zo eun Anko drouk ("Cielo santo, éste es un Ankou cruel").
En Dinamarca este carro fúnebre llámase Knarkevognen y también aparece en algunas leyendas sicilianas.
Se trata del Carru La Muerte, Carro dos mortos o Carro de la Muerte, que aparece rechinando las ruedas en el cielo para anunciar que se llevará a algún alma el día siguiente.
Así habría ocurrido, por ejemplo, con la barca de Caronte, en la antigüedad grecolatina.