[4][5] La película ha sido censurada en Europa o, al menos restringida su difusión, por causa de su crudeza.
Allí, la protagonista es subastada y un hombre la compra para celebrar el cumpleaños de su hijo.
Había empezado su carrera en el teatro, característica que Lagemann buscaba para evitar escoger una protagonista ya conocida.
Para ello contrató dos preparadoras de elenco, Paloma Riani y Helena Varvaki, en apoyo a las chicas.
[7] El bajo presupuesto obligó a que los cachés del equipo fueran dignos, pero casi simbólicos.
El dinero se gastó en aquello que era imprescindible comprar: negativo, gasolina y comida.
Es por eso que Lagemann escogió realizar una película de ficción y no un documental con las caras de las víctimas cubiertas o desenfocadas: porque sostiene que, si no se ven las caras, se mantiene una distancia ante el problema.
La película tuvo un gran éxito en Brasil: Lagemann declara haber pasado una época después del rodaje trabajando con organizaciones y entes públicos que se están movilizando para hacer progresos en la legislación contra el tráfico de seres humanos y la prostitución infantil.
[9] Está disponible el DVD de la película en lengua original y con subtítulos en portugués e inglés.
[10] La película se grabó con una cámara en formato 35 mm lo que contribuyó a darle un aire más natural.
El propósito de Lagemann fue hacer un poco más digerible una realidad tan sórdida y cruel.
[7] La música de la película fue compuesta por Felipe Radicetti, Flu y Nervoso bajo las indicaciones del mismo director, Rudi Lagemann.