En la anestesia raquídea o anestesia intradural la administración de fármacos anestésicos o derivados mórficos en vía intratecal, es decir, se lleva a cabo en el espacio subaracnoideo.
[1] Es más rápida en sus efectos que la anestesia epidural o peridural, en la que se introduce el anestésico en las proximidades de la médula en el espacio epidural.
El espacio intradural está rodeando la médula espinal y se encuentra protegido por las meninges.
La zona de abordaje más habitual es la lumbar, dado que la médula espinal no sobrepasa el nivel de L1 y hay, por tanto, menor riesgo de lesión nerviosa, aunque también puede hacerse en la zona cervical, torácica o sacra.
Se realiza mediante una aguja fina y larga que se introduce entre las dos apófisis posteriores de las vértebras elegidas hasta atravesar la duramadre, lo que se confirmará por la salida de líquido cefalorraquídeo.