[5] El profesor Linzey propone pasar de un orden jerárquico entre las distintas criaturas ante Dios (que llevaría al antropocentrismo) a un "paradigma de la generosidad", donde la misión especial del ser humano es vivir ante los demás seres con las actitudes del Dios que crea, reconcilia y redime.
Según Linzey, el ser humano no puede poseer a los animales, porque Dios es el único dueño de la creación.
Al mismo tiempo que critica la praxis cristiana occidental en relación con el trato humano con la Tierra, también considera peligrosas ciertas éticas contemporáneas animalistas, como la de Peter Singer por su planteamiento utilitarista, aunque a veces llega a las mismas conclusiones que el filósofo australiano.
Los cristianos están llamados - argumenta Linzey - a practicar el vegetarianismo cuanto más les sea posible en estos tiempos escatológicos, ya que el rechazo al consumo de carne es un aspecto integral del reino de paz previsto por las Sagradas Escrituras.
[7] En 1990 recibió la Peaceable Kingdom Medal por su excepcional trabajo en el campo de la teología y los animales.