Algunos años después hizo un segundo viaje a Grecia; pero como en su regreso a Florencia recibiese la fatal noticia de la muerte de Lorenzo en 1492, y por otra parte encontrase aquel país agitado por convulsiones, aceptó los ofrecimientos que le hizo Carlos VIII, quien deseaba atraerlo a Francia.
Luis XII le nombró en 1503 embajador cerca la república de Venecia, cuya comisión desempeñó a entera satisfacción del monarca de modo que obtuvo por segunda vez esta misma comisión.
Leon X le llamó cerca de su corte para ponerle al frente del colegio que acababa de fundar para los jóvenes griegos y le confió al mismo tiempo la dirección de una imprenta destinada exclusivamente a aumentar los libros griegos.
En 1515 el papa le encargó una misión cerca de Francisco I de Francia y este príncipe quedó tan prendado del mérito de Lascaris, que hizo todos los esfuerzos posibles para que se quedase con él.
No obstante Lascaris volvió a Roma en el mismo año y en 1518 pasó otra vez a Francia, en cuya ocasión se le encargó la formación de la biblioteca real de Fontainebleau, ayudándole en este trabajo su discípulo Budé.