Andrés Barea

Pocos días después pasaría a vivir con el maestro de capilla, Jerónimo Vicente, que se convertiría en su principal profesor y formador.[2]​ Inicialmente las relaciones con el cabildo fueron buenas y Barea formó parte del jurado que calificó las oposiciones para el cargo de organista, que había quedado vacante tras el fallecimiento de Serrano.Un año después, en 1646, se ausentó sin permiso del cabildo, regresando el 26 de junio, por lo que el organista tuvo que componer los villancicos del Corpus de ese año.En consecuencia, fue multado sin recibir salario siete meses, de junio a diciembre.Entre tanto, el organista, Bartolomé Muñoz, suplía el cargo de forma interina.En 1669 trató sin éxito de conseguir una ración titular para aumentar sus ingresos y reducir sus responsabilidades.En castellano se conservan tres obras: Compren la vida a diez voces y arpa; Del rosal su rosario; y Hoy renueva su grandeza a ocho voces.