A diferencia de la zona costera donde la irrigación con canales permitió ganar tierras cultivables a los desiertos planos, en las zonas montañosas de la cordillera existen valles muy estrechos y profundos lo que impedía la existencia de una agricultura a gran escala.
Los antiguos habitantes de la región andina, al necesitar tierras de cultivo adicionales a las que les ofrecían sus estrechos valles, intentaron ganar esas tierras a costa de las montañas y crearon los primeros andenes.
Es precisamente a partir de ese momento en que Huari cobra importancia geopolítica y empieza su expansión por los Andes Centrales en lo que es considerado el primer imperio andino (siglos VI a X).
En el período incaico, precisamente, los andenes fueron usados para otros fines, como controlar la erosión de las montañas donde construían sus centros ceremoniales.
Los andenes de una escala poseen un atractivo extra más allá del histórico y de sus originales motivaciones económicas: Son en sí mismos recursos paisajísticos y su distribución en las montañas andinas no está exenta de valores estéticos.