Su estilo se encuadra en las nuevas tendencias del rock argentino, fusionado con reggae, ska, cumbia y ritmos rioplatenses.
Juani Rodríguez (voz), Maximiliano Suppa (percusión), Pablo Otero (teclados) y Carlos Quinteros (batería) formaron parte de Andando Descalzo desde sus inicios.
A partir de ahí se hicieron presentes por el circuito under del rock porteño.
Hasta la aparición del primer disco la banda circuló por la noche porteña, recorriendo los barrios, en festivales, fechas propias y otras junto a bandas como Las Manos de Filippi, Karamelo Santo, Aztecas Tupro, Villanos, La Cruda y Carmina Burana.
[2][3][4][5] A finales del año 2000, Mauro "el Tano" López decidió dejar la banda y en su lugar se incorporó Ariel Paladino.
A principios de 2002 salió producido por Goy Karamelo en los estudios Kangrejoz Records Andando Descalzo, el primer disco: once tracks, entre los que se encontraban Pantuflas, Sentí Corazón y Luz, tema con el que ese año ganaron el Bombardeo del Demo[6][7] organizado por el programa Day Tripper de FM Rock and Pop.
[9] En esos años la banda empezó a formar parte de los festivales más reconocidos del rock local: desde el Gesell Rock[13] hasta el Pepsi Music,[14][15][16] donde tocaron en diferentes oportunidades compartiendo escenario con Catupecu Machu, Árbol, Kapanga, Karamelo Santo, Ziggy Marley, Los Cafres, Los Pericos, Skatalites, Nonpalidece y Pampa Yakuza, entre otros.
Los siguientes discos se compusieron en una quinta del Gran Buenos Aires: quince días de convivencia dedicados enteramente al nuevo proyecto.
Grabaron este concierto: Juan Ignacio Rodríguez en la voz, Ariel Paladino en guitarra y coros, Pablo "Bocha" Otero en teclados, Carlos Quinteros en batería, Maximiliano Suppa en percusión y coros, Federico Salgado en bajo, Juan Pablo Pelaez en trompeta, Darío Varela en trombón, Salvador Rodofili en saxo e Ignacio Santos en bandoneón.
Esa “limitación”, al mismo tiempo, se convirtió en una oportunidad: empezamos a valorar lo que nos rodea.
[49] Sus letras se caracterizan por utilizar una retórica directa, despojada de ornamentos, que permite entrever nudos existenciales en imágenes cotidianas.
[51] Asimismo se reitera un marcado contenido social, mostrando una posición clara frente a las problemáticas de época más relevantes.