Anasyrma

Se usa en relación con ciertos ritos religiosos, el erotismo y las bromas lascivas (véase por ejemplo Baubo), así como para describir las correspondientes obras de arte.

No tiene relación con los gestos físicos típicos del exhibicionismo, pues estos tienen el objetivo implícito de excitar sexualmente al exhibicionista, mientras el anasyrma se hace solo por su efecto sobre los espectadores.

El anasyrma puede ser una exposición deliberadamente provocativa de los genitales o las nalgas desnudas.

En muchas tradiciones este gesto tiene también un carácter apotropaico, como una burla hacia un enemigo sobrenatural.

El mitógrafo Apolodoro dice que la broma de Yambe era la razón tras la práctica de las bromas rituales en las tesmoforias,[3]​ fiestas celebradas en honor de Deméter y Perséfone, pero en otras versiones del mito de la primera, la diosa es recibida por una mujer llamada Baubo, quien le hace reír al descubrirse, en el gesto ritual del anasyrma.

Anasyrma para asustar al demonio (ilustración de Charles Eisen para Le Diable de Papefiguière de Jean de La Fontaine ).