Otras formas relacionales que difieren del modelo hegemónico son las parejas abiertas, el movimiento swinger, el poliamor y las no monogamias éticas o consensuadas.
La AR, sin embargo, no se focaliza en impugnar la exclusividad afectiva y sexual sino en criticar el formato de los vínculos como categorías normativas cuyas características vienen dadas por una forma cultural de autoridad.
[3] Fue tratado en algunos talleres del OpenCon 2010,[4] y por la profesora de la Open University Dr. Meg Barker en una presentación en 2013.
Pese a que las personas que propusieron el término y lo divulgaron insistieron en que la AR no está relacionada con el poliamor más que de manera tangencial, el tema de si se han desarrollado en común o son movimientos o subculturas independientes y diferenciadas se ha tratado por ejemplo en el blog "Multiple Match"[9] o en el artículo del blog "The thinking asexual" traducido en "El demonio blanco de la tetera verde".
En más detalle, según,[1] la AR no promueve o restringe las prácticas sexoafectivas y en consecuencia no es una no-monogamia consensuada o ética, como las prácticas swinger (conocidas en algunos países como «liberales» por quienes las llevan a cabo, que consisten en actividades sexuales conjuntas en pareja con otras personas o parejas), las relaciones abiertas (que permite el sexo fuera de la pareja sin componente afectivo) y el poliamor, jerárquico o no jerárquico (múltiples parejas sexoafectivas con algunas relaciones subordinadas a otras o bien todas en igualdad).
Aunque definitivamente no son inmunes a la normatividad, estas multiplicidades polifacéticas subvierten ingeniosamente algunas de las categorías y límites anticuados que han determinado las relaciones e intimidades hasta ahora."