El dolor postoperatorio puede ser muy intenso según el tipo de cirugía, por lo cual se utilizan distintos analgésicos para tratarlo.
El dolor leve e incluso el moderado es controlado fácilmente con analgésicos antiinflamatorios no esteroidales (AINEs).
La asociación con AINEs permite reducir la dosis y disminuir los efectos secundarios de ambos.
Puede además administrar una perfusión continua, sobre todo las primeras veinticuatro horas en que el dolor es más intenso.
Diversos estudios han demostrado que es el mejor sistema de analgesia postoperatoria.