Ana Garrido Ramos

Tras diecisiete años trabajando en dicho ayuntamiento, comenzó a recibir presiones desde la alcaldía para firmar adjudicaciones ilegales; y fruto de esta presión y el acoso al que se vio sometida, cayó enferma; por lo que estuvo de baja laboral durante un año.

Sin embargo, Garrido conocería meses después, que ya había una investigación en curso, por el juez instructor Baltasar Garzón.

La magnitud de la trama y el escándalo continuado en las noticias, hicieron que Ana Garrido solicitara una excedencia laboral voluntaria, para refugiarse durante dos años en Costa Rica.

[11]​ Garrido fue diagnosticada de depresión debido a cómo la estaban acosando en el trabajo.

[2]​ El caso fue cerrado en 2017 con la condena en firme al Ayuntamiento por parte del Tribunal Supremo,[13]​ pero hasta mayo de 2016, había vendido la mayor parte de su ropa y muebles, alquilado su casa y vendía pulseras hechas a mano para ganarse la vida.