En una de sus estancias en Parma, decide presentarse a un concurso cuyo tema era obligatorio y consistía en representar en un cuadro a «Annibale vincitore, che rimiro la prima volta dalle Alpi l'Italia» (Aníbal vencedor contemplando por primera vez Italia desde los Alpes).
A su lado izquierdo (derecho del espectador) hay un jinete abanderado y tras él un cielo nuboso del que baja la Victoria en su carro, con la mano en la rueda (posible alusión a la cambiante Fortuna) que porta una corona de Laurel.
Un fuerte viento hinche la bandera blanca del caballero y la capa de Aníbal.
En cuanto al cromatismo, dominan los azules suaves, los rosas y el gris perla, lo que se ha visto como expresión del carácter clásico e irreal de la escena, que adquiere así tintes heroicos.
El préstamo de la obra al Prado se prolongó por varios años más, hasta que en 2020 la asociación Amigos del Museo del Prado logró adquirirla por 3,3 millones de euros y donarla a la pinacoteca madrileña.