Aníbal el Rodio fue un marino cartaginés de la primera guerra púnica.
Durante el Sitio de Lilibea (250 a. C.) fue capaz de utilizar la velocidad de su barco y la marea baja para entrar en los escollos y evitar a la flota romana.
Fue capaz de obtener valiosa información de inteligencia de la que informó al comandante cartaginés, Aderbal, y al Senado cartaginés.
Más tarde se vio obligado a encallar por la armada romana, y su barco fue tomado por infantes de marina romanos.
Los romanos tomaron su barco como diseño y lo utilizaron para construir una marina de guerra tan capaz como la de los cartagineses.