Amparo Alvajar
En la Segunda República, trabajó en La Coruña y fue secretaria de Casares Quiroga.[3] Más tarde, se trasladó con el gobierno a Barcelona donde nació su única hija, Silvia, que murió al poco de nacer a causa de una neumonía.Años más tarde, fue a Nueva York, donde trabajó como traductora en las Naciones Unidas.[2] Después, vivió en París, donde trabajó como traductora del Correo de la UNESCO, siendo también ella la primera gallega.[1] Vivir en el exilio, así como cambiar de residencia buena parte de su vida, no le impidió tener correspondencia con Carmen Muñoz y su marido, Rafael Dieste, así como con su propia hermana, Ana María Alvajar L. Jean, quien escribió Ediciós do Castro, las memorias de Ana María en las que recogía las cartas que se enviaban las dos hermanas.