Amor sagrado, amor profano

Originalmente, la obra se iba a denominar Las vírgenes, aunque Valle-Inclán, amigo del pintor, le dio el definitivo influenciado por Amor sacro y amor profano del pintor renacentista Tiziano.

[2]​ La obra representa a dos mujeres que respiran un aire de misterio y están a punto de darse la mano.

Las mujeres parecen estar en un cementerio, ya que se vislumbran los nichos desde el fondo, con algunos naranjos.

En el centro, entre las dos mujeres, se aprecia una mujer vestida de blanco rezando ante un ataúd y abajo, una rosa blanca que simbolizaría pureza.

Aun así, parecen tener cierta similitud y algunos autores las ven como hermanas.