Los aviones diseñados para el ametrallamiento pueden incluir blindaje adicional alrededor y debajo de la cabina para proteger al piloto.
Fue especialmente usado durante la Primera Guerra Mundial, con la llegada de misiles aire-tierra y bombarderos avanzados el límite del uso fue altitudes mayores.
Aviones construidos específicamente para el ametrallamiento en Primera Guerra Mundial incluyen el Junkers J.I alemán, que fue blindado para protegerlo de los disparos desde tierra.
Estos desarrollos continuaron hasta la Segunda Guerra Mundial con aviones dedicados que incluían el concepto de una cabina fuertemente protegida o "bañera" para permitía que el piloto sobreviviera el contrafuego de las baterías antiaéreas.
[2] Para la Royal Air Force el mejor avión de ataque a tierra fue el Hawker Hurricane II.