El término puede usarse de forma genérica en referencia a un arte que trata de temas ecológicos o el medio ambiente natural, mediante distintas estrategias: suscitando la conciencia de la fragilidad de la naturaleza (lo que incluye fotografía basada en el paisaje, pintura, dibujos, libros-obras y arte propio de un lugar) investigando fenómenos naturales (incluye ilustración científica así como prácticas artísticas interdisciplinares), usando materiales naturales reunidos en el exterior (como ramillas, hojas, piedras, suelo, plumas; lo que a menudo es llamado Arte de la naturaleza) no contribuyendo a la degradación medioambiental (lo que incluye obras «verdes» realizadas con materiales biodegradables o reciclados; la «Eco escultura», que está sensiblemente integrada en un hábitat natural) El término también se usa de forma más específica para referirse a una obra de arte de grandes dimensiones que utiliza el entorno natural; habitualmente con respeto al medio ambiente (es decir, cumpliendo las condiciones que permiten considerarla medioambiental en un sentido genérico), pero que también puede relacionarse con otros aspectos del medio ambiente, tales como el contexto formal, político, histórico o social.
En el cine, es importante tener en cuenta la ambientación sonora como elemento relevante en la narración del filme.
Para construirla es necesario pensar en la banda sonora, que está compuesta por voces, ruidos, música y silencio.
Otros recursos que hacen a la ambientación sonora son la utilización de leit-motivs y clichés.
En la construcción del suspense, los clichés son una de las claves más utilizadas.
Es posible utilizar también la música como un contrapunto, donde <
En este último caso, generalmente se utiliza la música como puntuación, es decir, entrando en un momento específico y con un motivo en concreto.
Esto ofrece dos posibilidades de utilizar el silencio “interrumpiendo” la banda sonora.