Como pueblo originario, tiene sus instituciones ancestrales, tales como el Cacicazgo y el Consejo de Ancianos.
También tiene un extenso territorio que, en la actualidad cubre desde el Abra del Infiernillo, continuando por las Cumbres Calchaquíes hacia el Norte, hasta el cerro Pabellón y, en dirección oeste, hasta la ribera este del Río Santa María.
El poblamiento originario supera los 7 milenios, hace 2300 años se establecieron pueblos agricultores y recolectores probablemente antecedentes de la cultura Tafí.
A mediados del siglo XVI iniciaron su presencia los conquistadores, pero la ocupación española sobre el valle no pudo consolidarse inmediatamente ante la resistencia ofrecida por los calchaquíes sin embargo los amaicha no adhirieron finalmente a la resistencia y esto hizo que los españoles vencedores les permitieran a los amaichas mantenerse en sus territorios ancestrales.
Hacia el oeste la humedad va disminuyendo lo que da lugar a la presencia esporádica de cactáceas como los cardones.
El contraste es netamente espectacular en el punto llamado Abra del Infiernillo, allí se observan inmediatamente al oeste los semidesiertos y desiertos y al este las semperverentes praderas, bosques, selvas cubiertas por abundantes nubes.
El valle donde se asienta Amaicha del Valle ofrece paisajes de gran belleza, y también un clima agradable y placentero debido a la poca humedad del ambiente y a la cantidad de días soleados (un promedio de 360 al año).
En cuanto a la infraestructura turística, se encuentra en incipiente desarrollo y aún no se encuentra lo suficientemente preparada para recibir gran cantidad de visitantes.
Las características geográficas brindan un cielo diáfano, en forma casi permanente, sin polución ambiental ni contaminación lumínica, lo que permite la realización de observaciones en condiciones óptimas.