Amadeo Roldán
Durante ese período, Roldán, uno de los líderes del movimiento afrocubano, escribió las primeras piezas sinfónicas que incorporaban instrumentos de percusión afro-cubanos.[1] La quinta y sexta de sus Rítmicas (1930) parecen ser los primeros trabajos en la tradición occidental de música clásica escritos únicamente para percusión.[2] Sus obras fueron interpretadas regularmente en los conciertos patrocinados por la «Pan-American Association of Composers», fundada por Henry Cowell, incluyendo el concierto inaugural en marzo de 1929 en Nueva York.Roldán falleció a los 38 años de edad, en la cúspide de su creatividad, enfermo de un cáncer facial que lo desfiguró (era un fumador empedernido).Su carrera siguió un camino similar al de su colega Alejandro García Caturla, siendo ambos considerados los pioneros del arte sinfónico moderno en Cuba.