Amalia Domingo Soler

[2]​ En sus escritos promovía valores como la compasión, el perdón y la búsqueda de la verdad interior.Una enfermedad le provocó casi la ceguera pero un farmacéutico consiguió que curara.Le aconsejaron un matrimonio de conveniencia o entrar a un convento, pero rechazó esas ideas.[3]​ Una noche decepcionada de la vida, se le apareció su difunta madre.Esa visión le impulsó a volver a la iglesia y conoció al médico homeópata Joaquín Hysern, que le salvó de la ceguera.Este mismo homeópata, aunque declarado materialista, le entregó un ejemplar de El Criterio, periódico espiritista.Su primer artículo «El Es­piritismo es la Verdad» fue publicado en El Criterio, dirigido por Antonio Torres-Solanot y Casas, en 1872.También puso en marcha la primera escuela laica y gratuita por obreras sin recursos[3]​ con Ángeles López de Ayala y, junto con Teresa Claramunt y Creus, fundaron el mismo año 1891 lo que se puede considerar el primer núcleo feminista del estado, la Sociedad Autónoma de Mujeres,[3]​ siendo sustituida posteriormente por la Sociedad Progresiva Femenina (1898).En 1891 Amalia escribió sus Memorias entre 1835 —año de su nacimiento— y 1891, que serían completadas en 1912 por una médium.