Lotario I dejó en Italia a su hijo mayor, Luis II el Joven (que ya estaba asociado al trono como coemperador desde el año 850) y pasó al norte atravesando los Alpes, tratando de salvaguardar su reino de los ataques vikingos en Frisia y de los sarracenos en la Provenza.
En esta empresa, Lotario II encontró la natural oposición del hermano de Teutberga, Hugberto de Transjurania, que se alzó en armas contra él, y después de que Teutberga se sometiera con éxito al juicio de Dios en la ordalía del agua, Lotario II se vio obligado a acogerla como esposa legítima en 858.
En 865, Lotario II hizo las paces con su tío Carlos, reuniéndose con él en Attigny.
A la vuelta de este viaje, Lotario II enfermó y murió en Milán.
En ese mismo año 876, Rodolfo recibió en San Mauricio a la emperatriz viuda Engelberga, después de que Bosón de Provenza la secuestrara junto con Ermengarda de Italia, su única hija sobreviviente habida con el emperador Luis II el Joven.