Don Alonso de Fonseca es un óleo sobre lienzo atribuido al pintor segoviano Pedro Micó.
Su mirada se dirige al espectador, mientras su mano derecha señala en dirección del vano que permite contemplar el colegio de su fundación.
En ella se ubican algunos muebles: una mesa cubierta por un tapete verde, sobre la que figuran objetos alusivos al personaje: una mitra arzobispal, una escribanía de plata, más una serie de libros y papeles; delante se sitúa la silla de tipo isabelino -que desentona con el decorado del XVII que Micó pretendió imitar[4]-, rematada en molduras curvas; al fondo, tras un cortinón recogido en un lateral, se vislumbra una estantería llena de libros, que recuerdan su interés por la cultura.
[7] Sendín Calabuig atribuyó esta obra a Pedro Micó, pintor segoviano, que la pintaría hacia 1835, en el contexto de las obras emprendidas por el colegio tras la ocupación del mismo por los Irlandeses.
[8] Como pintor fue mediocre y recibiría duras críticas de Huerta Fuentes, quien valora el retrato de Fonseca como "malo, de factura tímida y amanerada con dibujo desgraciado y mal colorido que hoy se ha vuelto efecto del uso de malos colores, como lo prueba el cielo verde que se descubre por una ventana y el tapete bicolor que cubre la mesa, que suponemos no serían caprichos del autor".