Se cree que su historia comienza en torno a los siglos X y XI.
No obstante, cerca de la villa hay un antiguo campamento romano que se integró en la provincia Tarraconense del imperio en Hispania, situado en la montaña llamada la Atalaya.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Castilla la Vieja[5] que en el censo de 1842 contaba con 81 hogares y 324 vecinos.
En el siglo XVIII, hubo una reforma hacia esta y por eso presenta una visión distinta a la del arte gótico.
Es una torre "especial" ya que tiene numerosos arcos alrededor de ella.
Durante los demás días hay procesiones, comidas populares, actos, comparsas de gigantes y cabezudos, verbenas...
Dicha procesión consta de dar una vuelta al pueblo (se apagan todas las luces) con velas y unos grandes faroles acompañando a la Virgen.
Durante todo el año la ermita de La Soledad es atendida por una familia del pueblo.
(Lucirle a la Virgen, mantener limpia la ermita, cuidar la ropa, abrirla cuando hay un funeral, vestirla en Semana Santa...)[8]